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NUESTRO LEMA

·÷±‡±+*¨^¨*+ Nada está fuera del alcance de la oración, excepto lo que está fuera de la voluntad de Dios. ·÷±‡±+*¨^¨*+

Cómo temer a Dios sin tener miedo


Cómo temer a Dios sin tener miedo"¡Temed a Dios, y dadle gloria!" (Apocalipsis 14:7)
Cuando Dios nos creó, también incorporó en nuestro organismo un sistema de alarma para protegernos del peligro y el dolor. Uno de los sensores primarios de este sistema es la emoción de miedo, que funciona como una luz de advertencia similar a las luces del tablero de un automóvil.
Lamentablemente, un enemigo ha dañado este sistema de alarma interno, por lo cual muchas personas son incapaces de distinguir los “buenos temores” (miedos sanos) de los “malos temores” (miedos malsanos).
Cuando nuestro sistema de alarma suena constantemente, perdemos la habilidad de filtrar las falsas alarmas. Satanás saca provecho de este funcionamiento defectuoso, procurando mantenernos aprisionados por medio de distorsiones de nuestro sentido de la realidad y haciéndonos sufrir temores falsos: ansiedad, nerviosismo, aprehensión, preocupación, desánimo, susto, pavor, pánico o terror. No es de sorprenderse que en más de 300 lugares la Biblia nos dice: “No temas”. Pero, ¿cómo debemos entender los mandatos bíblicos de “temer a Dios” y a la vez “no temer”? Repasemos lo que nos dice el Señor en su Palabra para resolver esta paradoja.
 El “temor de Dios” es un temor saludable
Considera los siguientes pasajes de las Escrituras:
  • “‘Y haré con ellos pacto eterno, que no me volveré atrás de hacerles bien, y pondré mi temor en el corazón de ellos, para que no se aparten de mí. Y me alegraré con ellos haciéndoles bien, y los plantaré en esta tierra en verdad, de todo mi corazón y de toda mi alma’” (Jeremías 32:40, 41).
  • “¡Quién diera que tuviesen tal corazón, que me temiesen y guardasen todos los días todos mis mandamientos, para que a ellos y a sus hijos les fuese bien para siempre!” (Deuteronomio 5:29).
    • “Busqué a Jehová, y él me oyó, y me libró de todos mis temores.... Temed a Jehová, vosotros sus santos, pues nada falta a los que le temen....Venid, hijos, oídme; el temor de Jehová os enseñaré” (Salmo 34:4, 9,11).
  • En el monte Sinaí, Dios habló mediante Moisés al pueblo: “‘No temáis; porque para probaros vino Dios, y para que su temor esté delante de vosotros, para que no pequéis’” (Éxodo 20:20).
Reflexiona también sobre estos textos:
  • “Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios” (2 Corintios 7:1).
  • “¡Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo!” (Hebreos 10:31).
  • “Conociendo, pues, el temor del Señor, persuadimos a los hombres” (2 Corintios 5:11).

Viviendo con una paradoja
¿Es posible vivir en una paradoja en la cual dos afirmaciones que aparentemente se excluyen son ambas verdad? Mike Yaconelli, fundador del programa cristiano Youth Specialties, se refirió de la siguiente manera a esta paradoja, a las dos caras del temor:
“La tragedia de la fe moderna es que ya no somos capaces de sentir terror. No tememos a Dios, ni a Jesús, ni al Espíritu Santo. Como resultado, nos hemos quedado con un evangelio centrado en necesidades personales que atrae a miles de personas... pero que no transforma a nadie.... Creo que la iglesia debe convertirse nuevamente en un lugar en el que experimentamos terror; un lugar donde Dios continuamente tenga que decirnos ‘No temas’; un lugar donde nuestra relación con Dios no sea una simple creencia, doctrina o teología, sino que sea la presencia ardiente de Dios en nuestras vidas. Sugiero que el Dios domesticado y ‘relevante’ vuelva a ser el Dios cuya sola presencia hace pedazos nuestro ego, incinera nuestro pecado hasta convertirlo en cenizas y nos despoja dejándonos desnudos, para revelar la persona real que somos en nuestro interior.... La iglesia necesita convertirse en un lugar gloriosamente peligroso donde nada está seguro en la presencia de Dios, excepto nosotros. Nada, incluyendo nuestros planes, nuestra agenda, nuestras prioridades, nuestra política, nuestro dinero, nuestra seguridad, nuestra comodidad, nuestras posesiones, nuestras necesidades.... Nuestro mundo anhela observar a gente cuyo Dios es grande y santo; aterrador y tierno como el nuestro; un Dios cuyo amor nos lleva atemorizados a sus brazos fuertes y poderosos, donde él pueda susurrarnos las estremecedoras palabras: ‘Te amo’”. 2
El temor a Dios es una parte integral de la gracia de Dios. John Newton, autor del himno “Amazing Grace” captó esta realidad cuando escribió: “Fue la gracia la que le enseñó a mi corazón a temer, y también la gracia la que alivió mi temor”.
 El “temor a Dios” nos protege de temores enfermizos
Es natural que disminuyamos la velocidad de nuestro vehículo cuando observamos un terrible accidente en la carretera. Pero no era el plan del Creador que viviéramos en un estado de perpetua preocupación y miedo, como nuestra principal protección contra el peligro. A través de su gracia, Dios quiere reparar nuestra alarma interna para que, en las palabras de Oswald Chambers, sepamos que cuando “temes a Dios, no le temes a nada más; mientras que si no temes a Dios, le temes a todo lo demás”. 3
El vivir bajo el manto de la gracia de Dios nos permite distinguir las falsas alarmas. Una de esas falsas alarmas es el temor a los eventos de los últimos días de la historia humana, el tiempo de tribulación (Marcos 13:19; Lucas 21:25). Si hasta este momento has creído, tal vez involuntariamente, que el temor al inminente tiempo de tribulación es una de tus principales armas de defensa contra los engaños de los últimos días, entonces Satanás realmente te ha engañado. Si le tememos a todo menos a Dios, estamos equivocados. Dios es el único en el universo digno de ser temido.
Los temores enfermizos nos encadenan, nos oprimen y nos impiden avanzar, crecer y convertirnos en la persona que Dios desea que seamos. ¡Cuánto perdemos por causa de nuestros temores innecesarios! Sin duda, las personas desconfiadas y temerosas son más propensas a los engaños que las personas que confían, porque están aprisionadas por sus propios temores.
Satanás emplea los miedos enfermizos
El enemigo está continuamente buscando oportunidades para sacar ventaja de los miedos que podamos experimentar. Mediante cada temor procura que desviemos la mirada de nuestro Padre Celestial, sugiriendo que Dios no es lo suficientemente bueno, poderoso o capaz de resolver nuestras dificultades específicas. Acto seguido sugerirá que le busquemos solución a nuestros problemas por nuestra cuenta porque, después de todo, no podemos confiar en Dios ya que no está atento a nuestras dificultades.
Cuando no tememos a Dios, tendremos temor de todo lo demás. Cuando cedemos ante tales temores:
  • Declaramos que Dios no es más grande que nuestras dificultades.
  • Rechazamos el hecho de que Dios es más poderoso que Satanás.
  • Abandonamos nuestra convicción de que Jesús está siempre con nosotros.
  • Alegramos a Satanás por nuestra falta de confianza en Dios.
  • Deshonramos a Dios con nuestra carencia de fe.
  • Abandonamos la certeza de que Jesús es capaz de satisfacer nuestras más profundas necesidades.
  • Vemos al mundo con ojos meramente humanos.
  • Abrimos la puerta a falsos dioses que nosotros mismos fabricamos.
John Ortberg describe el temor malsano de esta manera: “Este temor nos susurra que Dios no es lo suficientemente grande como para cuidar de nosotros. Nos dice que no estamos verdaderamente seguros en sus manos. Nos hace distorsionar la manera en que pensamos acerca de él.... El miedo ha creado más herejes de lo que jamás haya suscitado la mala teología, puesto que nos hace vivir como si sirviéramos a un Dios limitado, finito, cuasi-ausente y semi-competente”. 4
Cuando creemos que nuestros miedos son demasiado grandes para que Dios los atienda, sentamos las bases de la idolatría, lo que nos lleva a crear dioses falsos que esperamos resuelvan nuestros problemas en vez de volvernos a Dios. Por otra parte, el sano temor a Dios como respuesta a su evangelio eterno es uno de las mejores defensas contra los engaños que el enemigo presentará en los últimos días.
El temer a Dios nos permite tener una relación de corazón a corazón; una íntima y cercana comunión con nuestro Creador. Al alabarlo y adorarlo, descubriremos que quiere aliviarnos de todas nuestras cargas, calmar todos nuestros temores, y darnos paz y reposo verdaderos. “Mas yo, por la abundancia de tu misericordia, entraré en tu casa; adoraré hacia tu santo templo con temor” (Salmo 5:7).
Entonces, la próxima vez que sientas miedo, recuerda lo que dijo el salmista: “En el día en que temo, yo en ti confío.... En Dios he confiado; no temeré. ¿Qué puede hacerme el hombre?” (Salmo 56:3, 11).

Autor: Ervin K. Thomsen

¿Soy yo acaso guarda de mi hermano? (I)


¿Soy yo acaso guarda de mi hermano? (I)
«Sobrellevad los unos las cargas de los otros y cumplid así la ley de Cristo»    
(Gál. 6:2).

«Este es tu problema, no el mío»; «¿Y a mí qué? Yo paso».
Estas frases, tan populares hoy en una sociedad individualista en grado sumo, reflejan la tendencia natural del ser humano desde que Caín hizo la cínica pregunta que aparece como título de este artículo refiriéndose a su hermano Abel, a quien acababa de matar.
Por naturaleza, todos llevamos algo de «cainismo» en el corazón: indiferencia y egoísmo en las relaciones con el prójimo.
Incluso muchas personas creen y hacen suyo de buena fe aquel refrán que dice: «Cada uno en su casa y Dios en la de todos». Es una versión «espiritualizada» que pretende justificar la comodidad del individualismo. No se trata, pues, de un problema moderno ni exclusivo de egoístas empedernidos. Nos afecta a todos y ha sido así desde siempre.
Es cierto que la actual crisis económica en Europa está estimulando formas de solidaridad alentadoras, ya sean en anónimos actos de amor o mediante organismos -las ONG- donde podemos encontrar a personas que de manera voluntaria y sacrificada, a veces casi de forma heroica, se desviven por ayudar al prójimo. Como decía Pascal, el ser humano no es ni ángel ni bestia y, en el fondo, es las dos cosas a la vez. Todos llevamos «un ángel» dentro porque conservamos la imagen de Dios, este sello imborrable que persiste aunque esté profundamente alterado por el Pecado. Esta impronta del carácter divino nos lleva a luchar contra el «demonio» que también anida en nuestro corazón y que convierte al hombre con frecuencia en esclavo de su codicia, su egoísmo, su ambición sin límites, su amor por el dinero fácil etc. Precisamente todas estas conductas -la Biblia las llama pecados- están en la raíz de la actual debacle económica. El problema de Europa hoy no es en primer lugar un problema de mercados financieros sino de ambiciones sin límite y de egos desbordados. Ahí empieza todo.
Surge entonces una pregunta natural: ¿cómo podemos promover estas actitudes y conductas de solidaridad y de preocupación mutua? ¿Es una asunto sólo de sensibilidad social? ¿Qué aporta el cristianismo a la cura -el cuidado- del prójimo? No es este el lugar para hacer un repaso detallado, pero la Historia nos muestra cómo el cristianismo, y en particular su énfasis distintivo en el amor al prójimo, ha sido una de las columnas de la civilización occidental. Frente al innato egoísmo humano la ética del Evangelio se ha alzado -y sigue alzándose hoy- como una poderosa fuente de sanidad en las relaciones humanas. Ha transformado personas, familias y países enteros. Esto ha sido así porque el seguidor de Cristo no puede lavarse las manos indiferente ante las necesidades de otros y es llamado a preocuparse activamente por su hermano.
El sobrellevar los unos las cargas de los otros constituye uno de los mayores privilegios -y deberes- del discípulo de Jesús que afirmó con rotundidad en la frase conocida como «regla de oro»: «Así que todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos» (Mt. 7:12).
De esta manera, la exhortación del apóstol Pablo a sobrellevar los unos las cargas de los otros deviene un examen clave de la vida cristiana. Viene a ser como una reválida de nuestra fe que evalúa tres aspectos esenciales de la madurez cristiana: por un lado mide nuestro egoísmo; en segundo lugar, nuestro amor al prójimo y, finalmente, nuestro compromiso con el pueblo de Dios, con la iglesia.
Vamos a considerar en este artículo y en el siguiente tres aspectos fundamentales del cuidado mutuo. Estos principios son extensivos a todo prójimo, aunque los hermanos en Cristo -«la familia de la fe»- constituyen nuestra prioridad tal como enseña el apóstol Pablo (Gá. 6:10), de ahí nuestro énfasis en las relaciones con los hermanos en la fe. El que no ama y cuida de su hermano al que tiene al lado, dificílmente podrá cuidar al que está más lejos.
  • Motivaciones correctas: ¿Por qué he de sobrellevar las cargas de mis hermanos?
  • La puesta en práctica del cuidado mutuo: ¿Cómo hacerlo?
  • Los resultados: ¿Qué consecuencias tiene?

1. Motivaciones correctas: ¿Por qué?
Tener las motivaciones correctas es el paso inicial que nos abre la puerta a una práctica correcta. La motivación es como el motor que nos «mueve» y genera la fuerza para avanzar. El creyente, en la tarea de cuidar del hermano, necesita tener una buena motivación por dos razones: primero porque su vieja naturaleza -«la carne»- le impele al egoísmo y al individualismo. La conversión no garantiza un cambio automático de nuestros impulsos egocéntricos. La lucha espiritual entre las obras de la carne y el fruto del Espíritu persistirá hasta que estemos en la presencia de Cristo. Ello explica las deficiencias -«manchas y arrugas»- de nuestra vida de fe y, en consecuencia, de nuestras iglesias. En el tema que nos ocupa, ya Pablo expresaba su preocupación por esta conducta en la carta a los filipenses: «No mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo que es de los otros» (Fil. 2:4). Y más adelante, en el versículo 21, reitera esta triste realidad: «Porque todos buscan lo suyo propio, no lo que es de Cristo Jesús». Así pues, una buena motivación le ayudará a luchar mejor contra su «ego» carnal.
La segunda razón para una buena motivación radica en la influencia constante del mundo, que nos «contagia» de sus valores y nos obliga a navegar contracorriente. Hoy, la presión de la sociedad en esta línea es muy fuerte. Incluso pensadores no creyentes, como el sociólogo Lipovetsky, nos advierten de los peligros sociales del individualismo exacerbado de principios del siglo XXI. Por todo ello, una buena motivación es imprescindible en la tarea -noble, pero agotadora- de sobrellevar las cargas.
¿Cuáles son entonces los motivos para cuidar al prójimo en general y a mis hermanos en Cristo en particular?
Ante todo, debemos considerar la motivación incorrecta. Cuidar de mi hermano no debe ser, por lo menos en primer lugar, una forma de autorrealización personal. No lo hago para sentirme yo mejor. Desde luego es legítimo esperar una satisfacción personal en el servicio a los demás. No hay nada que llene tanto como darse a otros. Pero esta satisfacción es la consecuencia, y no la motivación, de tal ministerio. A veces podemos enfocar las tareas de ayuda al prójimo -por ejemplo, participar en una ONG o en otras formas de voluntariado- desde un prisma egoísta: «Porque me ayuda a ser yo mismo». Cuidado con las formas de servicio en la iglesia que pueden nacer más del amor a uno mismo que del amor al prójimo. El antiguo refrán latino «do ut des» -doy para que me des- no refleja el espíritu de Cristo, sino un sutil egoísmo. Por el contrario, «en esto consiste el amor, en que él nos amó primero», nos recuerda el apóstol Juan. El verdadero amor de Cristo da sin esperar nada a cambio; no da para recibir.

El amor a Cristo
Para el creyente, el cuidado del hermano y del prójimo surge del amor a su Señor y Salvador. Si él ha hecho tanto por mí, ¿qué no haré yo por él? Esta fue la experiencia del conde Von Zinzendorf cuando contemplaba un cuadro de la crucifixión. En la parte inferior del cuadro, un escrito interpelaba al espectador: «Esto hice yo por ti, ¿qué has hecho tú por mí?». Von Zinzendorf se sintió tan desafiado por este reto que le llevó a una transformación espiritual de consecuencias históricas: Se convirtió en el fundador de los Hermanos Moravos, uno de los movimientos misioneros más destacados del siglo XVIII.
Ya Pablo decía con gran fuerza: «El amor de Cristo nos constriñe» (2 Co. 5:14). Su ejemplo es el móvil que nos impele en la preocupación por el hermano. La exhortación de Gálatas 6:2 precisamente apela a esta realidad: «Sobrellevad los unos las cargas de los otros y cumplid así la ley de Cristo». La palabra «ley» aquí no significa tanto precepto como modelo. Se refiere al espíritu, el talante, la forma de ser de Cristo, quien «ungido con el Espíritu santo y con poder, anduvo haciendo bienes y sanando a todos...» (Hch. 10:38). Los cristianos deberíamos cambiar el refrán de «haz bien y no mires a quién» por «haz bien y mira a Cristo». Al hacer el bien, ten la mirada puesta en aquel que dio su vida por ti. Esta visión cristocéntrica nos librará, de paso, de las decepciones causadas por la ingratitud. A veces, el hermano por el que más te has preocupado es tan desagradecido como aquellos leprosos sanados por Jesús: de diez, solo uno volvió para dar las gracias. ¡Qué reconfortante el pasaje de Mateo 25:31-46: «Por cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis».
Cristo está presente en mi hermano, está ahí, en su alma, de tal manera que cuidar de mi hermano es como cuidar de Cristo mismo. ¡Insondable misterio, pero precioso privilegio!
Ahora bien, lo singular de la vida cristiana es que el amor de Cristo nos estimula no solo por vía de ejemplo -alguien a imitar-, sino que nos da su amor real, vivo, a través de su Espíritu en nosotros. Esta realidad no la encontramos en ninguna otra religión. Gandhi es un ejemplo para muchos. Su memoria histórica estimula, pero nada más. El cristiano, en su servicio a los demás, tiene dos grandes herramientas: el ejemplo extraordinario de Cristo y su propio amor que me es transmitido por la acción del Espíritu Santo.
Así pues, la gran diferencia entre un humanista y el seguidor de Cristo radica precisamente en la motivación: Al cristiano no le mueve, en primer lugar, mejorar la sociedad, sino amar a su Señor y, en consecuencia, a su prójimo. Por supuesto que el cristiano quiere un mundo mejor, más justo, más solidario, pero ésta no es la meta, es el resultado, el efecto final de un compromiso perfectamente resumido por Jesús mismo: «amarás a Dios sobre todas las cosas y a tu prójimo como a ti mismo».

El amor al pueblo de Cristo
El amor a Cristo, si es genuino, lleva de forma natural a amar a la Iglesia. El discípulo no puede decir que ama a Cristo si no ama a sus hermanos que forman el cuerpo de Cristo. El compromiso con Dios implica compromiso con el pueblo de Dios. Esta segunda motivación es, por tanto, consecuencia de la anterior. De tal manera que nuestro lema-resumen en el cuidado de mis hermanos debería ser: por amor a Cristo y para edificación de la Iglesia.
Observemos con detalle el texto de Gálatas. Su traducción literal sería: «De los otros, sobrellevad las cargas». Pablo pone el genitivo «de los otros» al comienzo de la frase para marcar un énfasis. Con esta construcción gramatical, el Apóstol nos quiere recordar un principio importante: la vida cristiana no es un asunto de «Dios y yo solos»; el cristiano solitario es incompatible con la enseñanza del Nuevo Testamento. Por supuesto que la fe tiene una dimensión íntima, personal, que debe ser respetada. Pero la fe cristiana va mucho más allá de lo privado: tiene unas implicaciones comunitarias inevitables. Nos guste o no, al nacer de nuevo -la conversión- entramos a formar parte de una familia en la que -como sucede en toda familia- no nos es dado escoger a nuestros hermanos. ¡No conozco a nadie que haya tenido la oportunidad de escoger a sus hermanos de sangre!
La enseñanza bíblica es clara: somos un cuerpo y nos pertenecemos los unos a los otros: «Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular... Que los miembros se preocupen los unos por los otros... De manera que si un miembro padece, todos los miembros se duelen con él, y si un hermano recibe honra, todos los miembros con él se gozan» (1 Co. 12:25-27).

No es una opción, sino una obligación
El texto de Gálatas usa el modo imperativo: «sobrellevad». Es un mandamiento, no una opción voluntaria. Algunos piensan que cuidar al hermano es responsabilidad propia del pastor y de los ancianos o diáconos de la iglesia. Ciertamente, estos tienen una responsabilidad especial. Pero a todo creyente, sin excepción, se le exhorta a preocuparse por los otros miembros del cuerpo. Este es, en esencia, el principio evangélico del sacerdocio universal. El cuidado pastoral no es una tarea reservada para unos pocos miembros especializados, sino el privilegio y el deber de cada creyente. ¡Qué contraste con otras religiones tan de moda hoy! Su énfasis en el beneficio exclusivamente personal las sitúa a años luz de la pastoral y la ética del Nuevo Testamento. El budismo, por ejemplo, desconoce por completo esta dimensión de cuerpo, y su único énfasis comunitario se refiere a la fusión del yo personal en un todo cósmico después de la muerte.
Nuestro celo en la práctica de este mandamiento -cuidar del hermano- no debe apagarse por las «manchas y arrugas» de mi iglesia o de mi hermano. La iglesia no es una comunidad de justos donde escasea el pecado, sino una comunidad de pecadores donde abunda la gracia. Esta debe ser nuestra visión. Así, nuestras expectativas serán realistas y evitaremos caer en el desánimo al descubrir que la perfección solo la alcanzaremos en el cielo. Mientras tanto, todos estamos en la «tintorería», siendo «lavados» -transformados- por el Espíritu Santo en el proceso de la santificación. Si alguien va a la iglesia esperando ver solo ropas blancas, encontrarla acabada ya de lavar, no ha entendido ni la naturaleza de la iglesia ni el proceso de transformación que se está realizando desde el nuevo nacimiento.

Autor: Dr. Pablo Martínez Vila 

ESTO ES LIDERAZGO

¿QUÉ ES LIDERAZGO?
Buscando una definición de liderazgo encontré la siguiente: Liderazgo, es la capacidad de inspirar, influir, motivar y guiar a individuos o grupos. El liderazgo consiste en ejercer influencia positiva sobre otros y lograr en ellos un cambio de mentalidad que ayude a mejorar su estilo de vida, a través de una motivación permanente y procurando el desarrollo de cada persona.
Cuando entendemos lo que es verdaderamente el liderazgo, entonces nos damos cuenta que a lo largo de la Biblia encontramos hombres y mujeres a los que Dios llamó para inspirar a otros, influir de manera positiva y motivar para alcanzar un objetivo. Veamos lo que es el liderazgo.
LIDERAZGO ES: MOTIVAR E INSPIRAR A OTROS
Nehemías es un gran ejemplo de lo que es la motivación a través de su liderazgo. Primero, él se dio cuenta de la necesidad que estaba pasando Jerusalén. El muro de Jerusalén estaba derribado y sus puertas quemadas a fuego (Nehemías 1:3). El al ver la necesidad reacciona de la manera que Dios quiere que lo hagamos frente a cualquier situación difícil. Nehemías comenzó a clamar a Dios, a ayunar y orar, levanto un cerco de protección espiritual sobre Jerusalén, intercediendo y pidiendo perdón por los pecados de los demás como si se tratarán los de él mismo.
Siendo el copero del Rey tuvo que orar para que Dios le diera gracia delante del Rey y que lo dejara ir a Jerusalén a hacer algo para solucionar el problema que aquejaba a la gente que estaba ahí. Dios le dio gracia delante del Rey y éste le dio el permiso para ir a Jerusalén.
El líder lucha por alcanzar la meta que se propone, no ve obstáculos, siempre busca el favor de Dios en oración para cumplir con su propósito.
Nehemías con algunos hombres fueron hasta Jerusalén y pudieron comprobar lo que se había dicho, sus muros derribados y sus puertas consumidas a fuego. Fue en ese momento que Nehemías tuvo que motivar e inspirar a los hombres que le acompañaban a reedificar los muros. Él les dio testimonio de cómo Dios le había dado gracia delante del rey para que lo dejara ir a hacer la obra. Los hombres se motivarony al ver el respaldo de Dios fueron inspirados y dijeron: “Levantémonos y edifiquemos”.Así esforzaron su manos para bien (Nehemías 2:18).
LIDERAZGO ES: GUIAR A OTROS
A lo largo de los tiempos, Dios establecía hombres y mujeres para que guiaran a Su pueblo a la victoria. Moisés fue una de los más grandes líderes que Dios levanto. Guiar a un gran pueblo de cientos de personas, por el desierto durante cuarenta años, fue un gran reto.
Moisés nos deja una enseñanza poderosa. Cuando Dios elige a una persona para guiar a Su pueblo a Su presencia, a la bendición y a la Victoria debe decir lo que éste gran Líder dijo a Dios: “Si tu presencia no ha de ir conmigo, no nos saques de aquí”. (Éxodo 33:15). Moisés quería estar seguro que sería Dios el verdadero líder del pueblo israelita, el que en verdad guiaría a toda esta gente a la tierra prometida. El líder debe guiar al pueblo a la bendición de Dios.
Durante la época de los Jueces Dios también uso a personas que guiarán al pueblo a la victoria (Jueces 2:16). Algunos de ellos fueron: Otoniel, Aod, Samgar, Débora y Barac, Gedeón, Tola y fair, Jefté, Ibzán, Elón y Abdón, y Sansón. El líder debe guiar al pueblo a la victoria, a la libertad.
PROCURANDO EL DESARROLLO DE LAS PERSONAS
Dentro de un verdadero liderazgo cristiano y espiritual se procura que las personas a nuestro cargo se desarrollen, que crezcan y conozcan para lo que Dios los ha creado. Un ejemplo de esto lo fue David.
“Yéndose luego David de allí, huyó a la cueva de Adulam; y cuando sus hermanos y toda la casa de su padre lo supieron, vinieron allí a él. Y se juntaron con él todos los afligidos, y todo el que estaba endeudado, y todos los que se hallaban en amargura de espíritu, y fue hecho jefe [líderde ellos; y tuvo consigo como cuatrocientos hombres” (1 Samuel 22:2).
Imagina que te llevan a un lugar donde todos están afligidos, endeudados, amargados, atribulados, llenos de miles de problemas y que se la pasan quejándose a cada momento. David lo vivió, y fue un gran reto para él, ser el líder de ellos y sacarlos adelante. Al principio los veía como con cara de malvados, como leones rugientes, “Mi vida esta entre leones; estoy echado entre hijos de hombres que vomitan llamas; sus dientes son lanzas y saetas, y su lengua espada aguda” (Salmos 57:4).
Sin embargo, Dios les mostró que ellos necesitaban ayuda, a alguien que los guiara y los ayudara en su desarrollo personal, así el pudo ver que no eran tan temerosos.“Los leoncillos necesitan, y tienen hambre; pero los que buscan a Jehová no tendrán falta de ningún bien. Venid hijos, oídme; el temor de Jehová os enseñaré” (Salmos 34:10-11). David tomo el reto de enseñarles el temor de Jehová, tomarlos y formarlos para que sus vidas cambiaran. De este grupo salieron los tan famosos “valientes de David”.
LA CLAVE ESTA EN EL SERVICIO
Jesús nos dio la clave para tener éxito en el liderazgo. El ser líder o el que va adelante no quiere decir que debemos mandar, solo dar ordenes y esperar que las personas reaccionen y lo hagan. Cuando Jesús anunció su muerte en la última cena con sus discípulos, pudo ver la arrogancia, el orgullo, la envidia y el ego de los discípulos al discutir por quién era el que se iba a quedar a cargo del liderazgo que Jesús dejaría.
Jesús les enseñó que el que quisiera ser mayor, debería ser el menor, el servidor de los demás, “… yo estoy entre vosotros como el que sirve” (Lucas 22:27). Solo de esta forma podemos inspirar, motivar y guiar a los demás, con nuestro ejemplo y forma de servir. “Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres” (Colosense 3:23). Jesús es nuestro mayor ejemplo a seguir cuando se trata de liderazgo, nuestra meta es ser como él. Pablo dijo: “Sed imitadores de mi, así como yo de Cristo” (1 Corintios 11:1).
Autor: Juan Manuel Ramos Castro

jesus regalos
Los Regalos de 

Jesús


“Cuando llegaron a la casa, vieron al niño con María, su madre; y postrándose lo adoraron. Abrieron sus cofres y le presentaron como regalos oro, incienso y mirra.” Mateo 2:11 (NVI)
Fuimos a un shopping para hacer compras, y Juampi y Connie se sorprendieron viendo a los tres reyes magos que se sacaban fotos. Connie que todavía es inocente, me preguntó, ¿pa, esos sos truchos o son los de verdad? Le expliqué que estaban para que los chicos se saquen una foto y eso calmó su inquietud. Pero no sus ansias de regalos.
Mientras veíamos a estos actores, recordé este pasaje. No se menciona que fueran tres, pero algo es seguro. Estos sabios de oriente estaban buscando al Mesías. No iban haciendo turismo, ni llegaron a Belén de casualidad. Estaban buscando a Jesucristo. Y cuando lo encuentran hacen dos cosas. Primero lo adoran y luego les dan sus regalos.
Esto que Mateo comenta en un párrafo requirió mucho trabajo. Nadie sabe cuanto tiempo estuvieron de viaje, pero cualquier paquete, luego de tres horas de camello resulta pesado, incómodo y difícil de manejar. Y después de un largo camino, de muchas dudas (no es fácil seguir una estrella sin un GPS), de muchos interrogantes y conflictos, finalmente llegaron al lugar.
Seguramente se sorprendieron cuando hallaron al pequeño bebé en un lugar tan humilde. Esperaban un palacio. Pero Dios tenía otros planes. Incómodos y cansados estos hombres hicieron lo que habían venido a hacer. Adoraron a Dios. Reconocieron su grandeza, su dignidad, su eternidad, su poder y su amor. No le pidieron nada, no le agradecieron nada. Solamente bendijeron a Dios y dieron gloria a su Nombre. ¿Qué habrá pensado José en ese momento?
Y luego de un tiempo de adoración, ellos entregaron sus presentes. Habían llegado preparados. Se habían esforzado en traer lo mejor que tenían y lo dieron.
Mientras escribía esto, pensaba en lo débil de mi adoración personal, en la falta de preparación con la que llego algunos domingos a la reunión de adoración, en lo mucho que me cuesta concentrarme una hora y adorar al Gran Rey, en lo pobre de mis regalos, ofrendas y promesas. En mi facilidad para llegar a la casa de Dios en auto y poder descansar en mi casa luego del culto.
Ellos adoraron y dieron lo mejor que tenía, sin excusas, sin mediocridad, con amor y devoción.
REFLEXIÓN – ¿sos como uno de los sabios de oriente?


TEMA: “LA VERDADERA EXPRESIÓN DE LA NAVIDAD”

TEXTO BÍBLICO: SAN MATEO 1: 18-22


INTRODUCCIÓN:
¿Qué es lo primero que se le ocurre a la gente cuando se anuncia la navidad?
• A los niños: ropa, juguetes, regalos, cohetes, luces.
• A los jóvenes: estrenos, fiestas, impresionar a la novia, bebida.
• A los adultos: aguinaldos, viajes, vacaciones, negocios, comidas.
Ahora bien, preguntémonos: ¿Será en realidad este pensamiento el que nos debe cautivar en esta época en que se celebra la Navidad?
¿CUÁL ES LA VERDADERA EXPRESIÓN DE LA NAVIDAD?
I. LA NAVIDAD EXPRESA LA MAS GRANDE HUMILLACIÓN: “DIOS SE HIZO HOMBRE”
A. Tal fue la humillación del Señor que no se hallo un lugar para que naciera cómodamente.       San Lucas 2:7 expresa que no había lugar para el en el mesón. Nació en un pesebre que servia para alimentar ganado.
B. Tal fue la humillación del Señor que le toco huir a tierra extraña porque Herodes decidió matarle. (Mateo 2: 13)
II. LA NAVIDAD EXPRESA LA MAS GRANDE MANIFESTACIÓN DEL AMOR DE DIOS.
A. ¿Qué dice Juan 3: 16?
B. En su amor:
1. Dios vio a la humanidad perdida. (Romanos 3: 10-18)
2. Dios amo a la humanidad perdida. (Juan 3:16)
3. Dios Redimió a la humanidad perdida. (Gálatas 4: 4-5)
III. LA NAVIDAD EXPRESA LA MAS GRANDE DECISIÓN DEL HOMBRE.
A. Ante el hecho innegable que Jesús vino para salvar al hombre, se vuelve importante e indispensable que el hombre tome decisiones:
1. Rechazar. (Juan 3: 17-21)
2. Aceptar. (Romanos 10: 9-10)
CONCLUSIÓN:
¿De que manera has estado celebrando la Navidad en estos años pasados? ¿Con luces? ¿Con cohetes? ¿Con fiestas? ¿Bebidas?. Quiero decirte que nada de esto se dio en la noche en que Jesús nació. Lo que si resplandeció aquella noche fue la luz de Jesús para salvación a la humanidad.
Permite que en tu vida se celebre la verdadera expresión de la Navidad:
“JESÚS NACIENDO EN TU CORAZÓN”
Hoy puede ser Navidad para ti si tan solo permites que Jesús nazca en tu corazón.
¡DIOS TE BENDIGA!
  • Autor: Walter Valle    
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                                                         LIDERAZGO CRISTIANO.

FUNDAMENTO  BIBLICO:   SAN JUAN. 15.
Cuando hablamos de marcas, nos estamos refiriendo a las características que hacen que las personas asuman el liderazgo de un grupo pequeño, una Institución, o dirección de una empresa.
Si bien es cierto que no hay lideres completos o, por así decirlo, perfectos, a diferencias de JESUS., sin embargo, hay características que hacen que las personas sean o lleguen a ser grandes líderes.
En materia de liderazgo siempre ha flotado una pregunta. ¿Los líderes nacen o se hacen? Las respuestas son diversas., unos dicen que los lideres nacen, otros, que los lideres se hacen, adquiriendo conocimientos y experiencias en la práctica. A diferencia de estas respuestas, creemos que el líder no nace ni se hace. Sino que DIOS los hace.
Bajo ésta premisa, toda persona tiene condiciones de ser un líder. Este principio revoluciona la sabiduría convencional en cuanto a liderazgo, porque en la viña del Señor todos tenemos posibilidades de ser líderes.
En los principios bíblicos que a continuación describimos son las más resaltantes, eso no quiere decir que sean las únicos., lo que queremos resaltar es que con ayuda de Dios podemos adquirir otras características que nos ayuden a ser fructíferos, como lo dice el siguiente texto en San Juan 15: 8. En esto es glorificado mi padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos.
PRINCIPIOS BIBLICOS:
1.- LA ORACIÓN. Si queremos permanecer de pie  delante de los hombres, necesitamos permanecer de rodillas delante de Dios.
El Ministerio de JESÚS  estuvo marcado por la oración. Antes de iniciar su Ministerio pasó cuarenta días ayunando y orando en el desierto conforme al pasaje  de Mateo. 4:1 y 2. Antes de elegir a sus Discípulos pasó toda la noche orando, así decidió y llamó a los que él quiso  Marcos. 3: 13 y 14.
Los que hoy imitan a JESÚS en la oración son los grandemente beneficiados., aunque  nos parezca incomodo, no podemos dejar de mencionar como un ejemplo al Pastor David Y. CHO, que hizo de un grupo pequeño la Iglesia  más grande del mundo, con más de 800 mil miembros. Cierta vez le preguntaron. ¿En qué consistía el secreto para  tener y pastorear  la Iglesia más grande del mundo? El Pastor CHO dijo que había tres claves para tener un crecimiento exitoso de la Iglesia. Secreto Nro. 1 La Oración. Secreto Nro. 2 La Oración, y el tercer secreto ya lo adivinaron la Oración.
Dentro de la Iglesia de Cristo, tenemos muchos testimonios  del poder de la oración., los comparto el testimonio de la hermana Jauyaché de la China, que hizo de un grupo pequeño de oración una Iglesia de más de 4,000 miembros. El Pastor Jonathan, fue invitado por ésta hermana a pasar una mañana de oración y fue sorprendido como los hermanos de diferentes lugares después de dos y tres horas de manejar bicicleta llegaban a las 4.00 de la mañana para orar., el Pastor le preguntó si éstas jornadas de oración eran una vez por semana, o mensual la hermana Jauyaché respondió que lo hacían todos los días, excepto el día domingo que lo pasaban en la Iglesia.
Jesús murió joven, su Ministerio fue apenas de tres años y medio, sin embargo JESÚS cambió el mundo para siempre. Desde entonces los años del mundo son contabilizados, un antes y un después de CRISTO.
En la práctica. El líder  antes de tomar decisiones debe de orar permanentemente por el crecimiento de la Iglesia.
2.- LA VISIÓN. En Proverbios. 29: 18.Sin visión el pueblo ó la humanidad perece, Donde no hay visión el pueblo ó la humanidad se desenfrena.
Es evidente  que en muchas Iglesias falta de visión está destruyendo las posibilidades de crecimiento. Si alguien se dirige sin visión, no se puede esperar otra cosa que termine en confusión. Es la existencia de una visión lo que le da significado al liderazgo.
¿Qué es visión? Es la fotografía del futuro. Como queremos vernos en el futuro. Como queremos ver a nuestra Iglesia en el futuro.
Los lideres  siempre vemos el futuro con entusiasmo. Soñamos no sólo con el presente, sino con lo que puede pasar mañana.
En el Capitulo 12 de Génesis. Cuando Dios le dijo a Abraham que dejara la comodidad de su hogar en Harán, a sus parientes y todos los demás, con el propósito de que empezara en otra tierra, una nueva vida sin ataduras. Abraham, captó la visión. Dios le dio a Abraham la esperanza de convertirse en el padre de una gran Nación., de hecho, ¡Dios le dijo que se convertiría en el padre de muchas Naciones! Abraham sintió la necesidad de seguir esta gran visión, aun cuando humanamente tenía temores.
En la práctica. Mientras más tiempo pasamos en oración, más clara será la visión de nuestro liderazgo.
3.- OLFATO DE LIDER. La visión nos muestra la meta, el olfato nos guía para llegar a la meta. Creemos  que el olfato pertenece sólo a los animales, pero cuando leemos la definición que da la Real Academia Española, nos damos cuenta que no sólo le pertenece a los animales, sino también a las personas. La definición lo define así: Cualidad especial que tiene una persona para descubrir o percibir algo o Capacidad que tiene una persona para realizar con éxito una tarea difícil.
El Olfato es el complemento de la visión. Visión sin olfato es como tener un auto sin combustible.
·         La visión te muestra la meta., el olfato te guía para cumplir la meta
·         La visión te muestra el blanco a alcanzar., el olfato te guía el camino a seguir
·         La visión a veces se nubla y perdemos la dirección., el olfato nos ayuda a retomar el camino
·         La visión ve el futuro., el, olfato nos ayuda a llegar al futuro
·         En la navegación la visión ayuda a ver la luz del faro., el olfato ayuda a evadir las rocas y los iceberg que están debajo del agua. No  olvidemos que el Titánic se hundió cuando impactó en una roca de hielo llamado iceberg, cuando hacía un viaje de Inglaterra a New York, en Abril del año de 1,912, donde lamentablemente murieron más de 1,500 personas.
En la práctica. No con el olfato de la nariz, pero si con nuestra habilidad de líder escribamos que es lo que está deteniendo o afectando a nuestra Iglesia.
4.- DILIGENCIA EN EL TRABAJO. En 2da, de Timoteo. 2:15. Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de que avergonzarse.
La diligencia es otro principio que caracteriza a los líderes de Dios. El Apóstol Pablo pidió al joven Pastor Timoteo que sea diligente: en otras palabras, que haga su ministerio con rapidez, prontitud, ligereza, vivacidad y con prisa. Estos mismos requerimientos pide Dios de nosotros hoy. En la viña de Señor necesitamos trabajar con rapidez y en armonía, con oración y prontitud, con vivacidad y entrega. Cuando trabajamos con diligencia para la salvación de nuestros semejantes, Dios dará éxito a todos nuestros esfuerzos.
Lo contrario a diligente es ser descuidado, despreocupado. En Proverbios.13:4 dice El perezoso desea y nada alcanza, más los diligentes serán prosperados.
En 3ra de Juan.1:2. Dios quiere prosperarnos en todo., esto implica a nuestra familia, economía, vida social y espiritual.
En la práctica. Con la ayuda de Dios decidamos ser diligentes, no dejando de visitar, animar y promover la responsabilidad en todos los integrantes de la Iglesia.
5.- DETERMINACION. En Josué.1:6. Esfuérzate y sé valiente., porque tú repartirás a éste pueblo por heredad la tierra de la cual juré a sus padres que la daría a ellos.
La determinación es sinónimo de osadía, valor, arrojo, valentía., por ésta razón  Dios le dio a Josué, quien asumía el liderazgo de conducir a Israel  hacía la tierra prometida, después  que murió Moisés., Josué. 1:9 .Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente., no temas ni desmayes. Dios pide determinación, claridad, seguridad y valentía en nuestro liderazgo., Dios pide que no dudemos, porque  Él estará siempre con nosotros. Así como Dios pidió a Josué  que hiciera entrar a Israel  en la Canaán terrenal., hoy también Dios nos pide que hagamos entrar a nuestra Iglesia en la Canaán Celestial., la promesa de Dios no ha cambiado, Él siempre estará con nosotros.
La determinación es fundamental en la vida de un líder para que la Iglesia se desarrolle, hay Iglesias  que tienen 20 a más años, y sin embargo, no se multiplican, ¿Qué es lo que está sucediendo? Entre otras cosas, es la falta de determinación la que impide la multiplicación  de la Iglesia.
En la práctica. Con determinación y valentía decidamos multiplicar a la Iglesia y veremos la mano de Dios actuando en la Iglesia.
6.- FUEGO. En 2da. Timoteo.1:6 y 7. Por lo cual te aconsejo que avives el fuego del Don de Dios que está  en ti por la imposición de mis manos. Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder de amor y de dominio propio.
Los líderes espirituales gozan del fuego del Espíritu Santo, a diferencia de otros líderes. Fue el fuego del Espíritu Santo que habilitó a los discípulos para cumplir de manera  fructífera la gran comisión, tanto que las autoridades romanas estaban preocupadas por tan extraordinario crecimiento, que le dijeron a Pedro y Juan. En Hechos. 5: 28. ¿No os mandamos estrictamente que no enseñaseis en ese nombre? Y ahora habéis llenado Jerusalén de vuestra doctrina, y queréis echar sobre nosotros la sangre de ese hombre.
Los líderes  que tienen el fuego hablan con determinación y autoridad. El fuego les da poder para levantar a los caídos y para fortalecer a  la Iglesia.
En la práctica. Pidamos  a Dios en oración cada mañana que nos dé el fuego del Espíritu Santo y avivaremos  la llama de la Iglesia.
7.- CONTACTO. En Proverbios.15:1. La blanda respuesta calma la ira, pero la palabra áspera excita el furor.
Hoy en día en la Iglesia se está desarrollando el proyecto con el objetivo de probar la importancia del contacto con los miembros y amigos de la Iglesia, utilizando el teléfono, la tarjeta, cartas y otros elementos para fijar en la mente  la importancia de las reuniones  en los domicilios, la participación está aumentando con el permanente contacto y buenas relaciones.
El contacto proporciona crecimiento a la Iglesia, aumenta la frecuencia semanal, el líder pasa a conocer mejor el estado de su rebaño, transmite la idea de cuidado y atención. Será muy bueno que el líder consiga contactar cada miembro de la Iglesia todas las semanas, pero hay razones que son imprescindibles.
A.      El primer contacto. Cuando un invitado llega por primera vez a la Iglesia, debe llegar para no irse más. El ambiente acogedor, el amor cristiano y las buenas relaciones debe impactar la vida de los invitados.
B.      Contacto después de una ausencia. Las personas se sientes valoradas cuando son tonadas en cuenta. Si el invitado o hermano no asistió a la Iglesia un día, debe ser visitado o en todo caso hacerle llegar una llamada telefónica de manera inmediata., diciéndole que extrañamos su presencia en la Iglesia y que nos gustaría tenerlo en la próxima reunión de culto. Estas palabras hacen sentir bien a los invitados y sobre todo comprometidos con la Iglesia.
C.      Contacto después  que las personas comparten sus problemas. La Iglesia debe estar identificada con las necesidades y problemas de los integrantes. El dolor, y el problema de un hermano debe ser el sentimiento de toda la Iglesia. Esto hace sentir que las personas no están solas sino que tienen a la Iglesia orando por ellos.
En la práctica. Tratemos con amor a las visitas, o llamemos a los que no asisten, corrigiendo con amor como nos gustaría que hagan con nosotros.
8. – COMPROMISO. Comprométete con los hombres y ganarás aplausos y felicitaciones, comprométete con Dios y ganarás la vida eterna.
Hay una gran diferencia entre estar comprometidos y estar involucrados. El compromiso se inicia cuando tomamos  conciencia de lo que somos y lo que Dios puede hacer a través de nosotros. Sentiremos mayor compromiso cuando comprendemos que trabajamos NO para los hombres, sino para el Rey del Universo. Él Dios todo Poderoso.
Seremos  un líder comprometido  si entendemos que Dios nos llamo para liderar  en la Iglesia que va camino al cielo. Mientras que el involucrado es inconsciente é indiferente a todo esto.
A veces  creemos que solo podemos comprometernos con aquellos que es posible o factible de realizar, sin embargo compromiso es desarrollarse  en el territorio de lo que no nos es posible todavía, en el espacio del riesgo para que sea a través de Él que podamos conseguir lo que todavía no tenemos. Cualquier ejemplo de cambio significativo empezó con alguien que se comprometió con una posibilidad que era vista hasta ese momento imposible.
En la práctica. Asume un compromiso con la Iglesia, invierte tus energías, tiempo y talentos. (Comentario, sobre el cerdo y la gallina).
9.- DISCIPULADO Y DOCTRINA. En Mateo.28: 19. Por tanto id y haced discípulos a todas las naciones.
El discipulado es el mejor regalo que le podemos hacer a nuestra Iglesia. Un líder de éxito es aquel que prepara a otro para sustituirlo. Hacer discípulos es obedecer la orden de JESUS: Por tanto, id y haced discípulos a todas las naciones.
Hay varios ejemplos en la biblia donde el líder está enseñando y guiando a un asociado o alumno. Moisés a Josué, Elías a Eliseo, Jesús a los discípulos, Pablo a varios. (Timoteo, Silas, y Tito). Esta nobleza de acción hace que el trabajo no pare o se perjudique.
Un líder que hace Discipulado.
A.      Nunca realiza solo su Ministerio, comparte y delega responsabilidades.
B.      Enseña con el ejemplo, no solamente con las palabras.
C.      Es como Jesús, ve a todas las personas como futuros líderes.
D.      No deja por su cuenta a los líderes antes que tengan la oportunidad de ser exitosos.
E.       Elogia y da ánimo al discípulo en cada paso del camino.
F.       Es consciente de que fallar en enseñar significa  fallar en multiplicar.
10.- RELACIONAMIENTO. En hechos. 2: 24. Todos los que habían creído estaban juntos y tenían en común todas las cosas. Las  reuniones de la Iglesia sin actividades sociales pueden tornarse tediosas (fastidioso) para la Iglesia, un fuerte ejemplo bíblico es el estilo de vida de la Iglesia apostólica. Hechos.2: 46. Y perseverando unánimes cada día en el templo y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón.
El texto original traducido por sencillez  trae la idea de que este relacionamiento era libre de piedras, un suelo libre. Es natural que estas emociones fuesen evidentes entre los primeros cristianos, la Iglesia tenía vida social y lo hacían libre de impedimentos., el resultado era que vivían como una autentica familia, vida en comunidad.
El concepto de comunión en el Nuevo Testamento viene de la palabra koinonia que significa compartir juntos, tener las cosas en común.
En la práctica. Celebrar cumpleaños, aniversarios, paseos, almuerzos, siempre teniendo presentes a los invitados o interesados.
11.- ACTITUD POSITIVA.  El triunfador siempre es parte de la solución, el perdedor siempre es parte del problema.
El líder de éxito tiene una actitud positiva ¿Le gustaría seguir a un renegón y criticón?, Claro que no, a nadie le gusta. Todos preferimos seguir a un líder que tenga una actitud positiva. Los lideres son motivadores, entusiastas. La función del líder es levantar a la gente, no dejar que se caigan. Por eso el buen ánimo es un principio tan importante.
Aunque alguien de nosotros no seamos por naturaleza una persona de buen ánimo, podemos esforzarnos por llegar a serlo, lo podemos desarrollar. Acostumbrándonos  a sonreír,  aunque no lo creamos, podemos lograr tener  una buena actitud si siempre vemos  en cada dificultad una manera de cómo acercarnos más as JESÚS. Los médicos nos dicen que se produce un verdadero cambio bioquímico cuando comenzamos a sonreír  a causa de las  hormonas que produce nuestro cuerpo.
En la práctica.  Decidamos  ser siempre parte de la solución y no parte del problema.
12.- CREATIVIDAD. Lo que mueve al mundo no son las máquinas, sino las ideas.
Como lideres vamos a tener que enfrentar nuevos desafíos. Los nuevos desafíos exigen nuevas soluciones, cuando las mismas cosas de siempre no funcionan. Por lo tanto, es importante precisar que la necesidad genera la creatividad.
La  creatividad tiene que ver con ideas, formas y estrategias de cómo enfrentar los problemas que se nos presentan.
Hay personas que nacen con habilidades de crear, otros lo adquieren en el ejercicio mismo del liderazgo. Si la creatividad es producto de la necesidad, entonces una visión correcta, un olfato afinado y una comunión íntima con Dios nos ayudarán a percibir las necesidades de nuestra Iglesia.
Defectos comunes de una Iglesia.
·         Falta de compromiso de los integrantes.
·         La rutina y monotonía.
·         La impuntualidad.
·         La inasistencia.
Tal vez, la pregunta más importante sea. ¿Cómo ser creativo? Por lo menos hay seis maneras de serlo.
1.       Ser consciente de las necesidades que tiene nuestra Iglesia. Sin necesidad no hay creatividad.
2.       Pedir a Dios sabiduría para resolver las dificultades.
3.       Entender que para cada problema siempre hay soluciones. Este principio nos ayudará a buscar y crear formas de solución.
4.       Relacionemos nuestras dificultades con algunas soluciones que dio resultados  en otras Iglesias.
5.       Estar dispuestos al cambio., la creatividad produce cambios.
6.       Pagar el precio por lo que creemos.
CONCLUSIÓN. La Iglesia necesita de líderes espirituales, hombres y mujeres que pasen tiempo con Dios y cultiven buenos hábitos de vida. La eficiencia, la oratoria en la transmisión y el buen hablar son buenos, más no bastan. El contenido, la ortodoxia y la verdad bíblica solida son esenciales, más no bastan. Personalidad, gracia en el hablar y acción son importantes, mas no bastan. El poder de Señor necesita estar sobre esas cosas. Todas esas cualidades pueden existir en el nivel humano. El Reino necesita ser construido, progresar y manifestarse por la capacitación divina en el hombre. Debe ser Dios a través de nosotros.¡¡¡AMEN!!!
                                                                                         Her:: Martín MONTEZA MONTEZA.
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